50 aniversario del establecimiento de relaciones entre España y China (1973-2023)

Las relaciones sino-españolas sin lugar a dudas tienen una especial trascendencia geopolítica, remontándose a la era del descubrimiento de América. En 1567 la Monarquía Hispánica estableció el puerto comercial de Manila, el cual ocupó un lugar central dentro del comercio en el Mar de la China Meridional.

Los galeones españoles que operaban en la zona se les conocía como la Nao de China y tuvieron un papel fundamental en el transporte y comercialización en Europa y América de una amplia variedad de mercancías chinas, tales como: té, sedas y textiles, porcelana, especias y otros artículos de alto valor agregado en la época.

España, por otro lado, exportaba a la China de la Dinastía Ming plata y otros metales preciosos y bienes manufacturados, especialmente textiles. Esta importante ruta comercial fue posible gracias al tornaviaje de Acapulco-Manila, descubierto por Andrés de Udaneta y Miguel López de Legazpi; conectaba la Nueva España con la Capitanía General de Filipinas y según muchos historiadores chinos y españoles representó la Primera Globalización de la Historia Universal, ya que tres de los cinco continentes empezaron a entablar relaciones comerciales intensas.

Teniendo en cuenta este sorprendente precedente histórico de las relaciones sinoespañolas, hemos de remontarnos a la fecha que conmemoramos este 2023. En octubre de 1972 el ministro español de exteriores Gregorio López Bravo y el viceministro de exteriores chino Qiao Guanhua iniciaron los primeros contactos que luego cristalizarían en el establecimiento oficial de relaciones diplomáticas el 9 de marzo de 1973.

A partir de este momento España reconoce oficialmente la política de "Una Sola China", a pesar de las excelentes relaciones que mantuvo con anterioridad con la República de China liderada por Jiang Jieshi, que tuvo que establecerse en la isla de Taiwán debido a la derrota en 1949 y el triunfo de los comunistas en la Guerra civil china.

Este movimiento diplomático y geopolítico llevado a cabo por una dictadura militar de carácter nacionalista, tradicionalista y católico y un régimen socialista, ateo y marxista-leninista; demuestra que, en materia de relaciones internacionales se pueden superar todo tipo de obstáculos en la búsqueda del beneficio mutuo.

Como expone el Presidente Xi Jinping en los cuatro tomos de "La Gobernación y Administración de China", los diferentes Estados del mundo han de mantener relaciones de cooperación en una amplia gama de esferas, con independencia de los sistemas o las ideologías que se defiendan.

Xi Jinping entiende que la revitalización nacional es esencial para llevar al máximo exponente el desarrollo óptimo de las sociedades en ámbitos como el socioeconómico o el cultural y piensa que tanto China como otras naciones han de acometer tal revitalización nacional en pos de construir la Comunidad de futuro compartido para la humanidad que él preconiza en muchos de sus discursos y escritos.

El Presidente Xi resalta que las diferencias sistémicas, culturales o ideológicas son lo que da vida al mundo y piensa que; a pesar de todas esas diferencias, todos los seres humanos y países esencialmente lo que perseguimos es nuestro deseo por alcanzar una vida mejor. A través del beneficio común y la igualdad en las relaciones entre Estados, ese anhelo común de la humanidad se podrá alcanzar, a su juicio.

Xi Jinping, siguiendo el ideal confuciano de la armonía, presupone que en el futuro mundo multipolar que ya de hecho estamos viviendo, el desarrollo pacífico y compartido será una realidad, en este sentido las relaciones del tipo ganar-ganar acabarán por imponerse frente a las relaciones de dependencia, neocoloniales o los juegos de suma 0.

Estados tan diferentes como el nuestro durante la dictadura franquista y la China de Mao Zedong fueron capaces de dejar sus diferencias a un lado y entablar relaciones diplomáticas y acuerdos conjuntos. El espíritu de aquel entonces debe animarnos a ambas naciones a seguir profundizando nuestras relaciones y nuestro conocimiento mutuo.

Hoy, a 50 años de relaciones diplomáticas entre China y España la cooperación no ha hecho más que crecer y la República Popular China es el principal socio asiático de España en materia comercial. Así como también las cuantías de inversiones bilaterales han llegado a superar cifras de mil millones de euros en los últimos años por parte de ambos países.

Es de relevancia resaltar la Línea de Ferrocarril Madrid-Yiwu, como una muestra espléndida de esta cooperación bilateral. Esta línea ferroviaria conecta la ciudad china de Yiwu en la provincia de Zhejiang, donde se ubica el mercado mayorista y de proveedores más grande del mundo, con la capital española. 

Esta infraestructura de transporte es la más larga del mundo; midiendo 13.052 km que pueden recorrerse en 16 días.

Actualmente hay que aprovechar las oportunidades que se brindan desde un país en auge y rápido desarrollo como es China, a través de iniciativas de gran envergadura como es la "La Franja y la Ruta"; que moviliza una ingente cantidad de recursos materiales, económicos, financieros y humanos en pos de intensificar las relaciones multilaterales entre una gran cantidad de países que están participando en este macroproyecto. España debe animarse a participar más activamente en la Nueva Ruta de la Seda aprovechando su posición de relativa superioridad en el mercado europeo.

España y China tienen que seguir intensificando sus relaciones en todos los órdenes, encontrando puntos en común que satisfagan a ambas sociedades y que sirvan para incrementar el conocimiento mutuo, así como para que los dos países tengan una visión autónoma el uno del otro. Promoviendo la coexistencia pacífica y el respeto de todos los sistemas y formas de vida la profundización de las relaciones sino-españolas está asegurado y muy probablemente reporte mayores beneficios de todo tipo en el futuro.

Autoría: Alfonso Díaz Cerrón a 29 de noviembre de 2023.

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