Exclusiva de CGTN: Un tour por un "campo de reeducación" cerrado en Xinjiang

Publicamos esta noticia para desmentir lao que afirma la propaganda occidental sobre la existencia de campos de reeducación para uiguires en la provincia de Xinjiang.

De acuerdo con los dichos de Shohrat Zakir, gobernador de la región autónoma uygur de Xinjiang a inicios de mes, todos los estudiantes de los centros de educación y formación profesional en el noroeste de la región ya se graduaron.

Como de costumbre, los medios de comunicación han provocado la especulación masiva, poniendo en duda que Zakir estuviera diciendo la verdad. La mayoría de estos medios afirma que no hay evidencia que asegure que todos los centros de educación y formación profesional en Xinjiang hayan cerrado.

Los periodistas de CGTN visitaron el domingo pasado uno de estos centros en Kashgar, la ciudad oasis enclavada en el territorio más occidental del país. Considerados por largo tiempo "campos de internación controversiales" o incluso "prisiones" por los medios occidentales, estos centros son un misterio para algunas personas.

Nos demoramos alrededor de 30 minutos en conducir desde el centro de la ciudad hasta este supuesto "campo de reeducación" localizado en la nueva zona de desarrollo del área suburbana de Kashgar. Pasamos una entrada alta y llegamos al campus, el que estaba formado por tres recintos: edificios de enseñanza, residencias y comedores.

A pesar de que los medios occidentales tienden a representar los centros como "inhóspitas prisiones", nuestra visita mostró un panorama diferente.

En la entrada, nos encontramos con Abdu, quien solía trabajar en el Departamento de Logística del centro y ahora es responsable de los sistemas de agua, calefacción y electricidad, hasta que éste pase a manos de la Oficina de Educación de la ciudad.

"El centro servirá como una escuela primaria o intermedia luego de que se traspase a la oficina de educación", comentó. Como profesor de ingeniería hidráulica en una universidad local, Abdu fue enviado al centro para hacerse cargo de problemas relacionados con recursos humanos a inicios de 2018.

El principal edificio administrativo del centro, que está frente a la entrada, se encuentra cerrado. "Tenía una clínica con doctores locales para servir a los asistentes, y ambulancias para llevar a pacientes con enfermedades graves a los hospitales cercanos en la ciudad", señaló un trabajador de manutención que también se quedó en el campus vacío para mantener las instalaciones antes de su traspaso.


Nos llevó a una de las residencias, en la que los estudiantes vivían en habitaciones parecidas a los de las residencias universitarias, muchas de ellas mejor equipadas que las de otras universidades en otros lugares del país. Dentro del recinto, encontramos habitaciones cuyas paredes estaban decoradas con periódicos y posters, así como pinturas de sus habitantes anteriores. Había cosas que no estarían fuera de lugar en una sala de estar normal, como televisores y aire acondicionado. Al lado de la residencia se encontraba un edificio que nos señalaron era usado para alojar a los familiares de los estudiantes cuando venían a visitarlos. 

Para las comidas, los estudiantes iban a uno de los muchos comedores, los que servían alimentarios locales básicos como naan (pan plano). Además del comedor principal, había una selección de restaurantes más pequeños con diferentes tipos de cocina halal.

Los edificios destinados a la enseñanza, en los que los estudiantes tenían clases, están esparcidos por el campus. Los estudiantes podían escoger entre diferentes asignaturas como comercio electrónico, bellas artes, turismo, peluquería y belleza, y diseño de vestuario. Entramos a un edificio de cinco pisos lleno de máquinas de coser y diseños de moda para aquellos estudiando confección de vestuario. Como Xinjiang produce más del 84 % del algodón de China, las habilidades en costura pueden ayudar a los habitantes locales (algunos de los cuales solían vivir bajo la línea de la pobreza) a encontrar un trabajo decente.





"Algunos de mis compañeros que antes se quedaban en casa, luego de graduarse tienen diferentes ocupaciones, mientras que otros empezaron sus propios negocios", expresó Abduriyim Nur, un graduado del centro de educación y capacitación profesional en el condado de Jiashi, prefectura de Kashgar. Nur empezó a ayudar en la operación del restaurante musulmán de su familia después de graduarse el año pasado, y abrió nueve puestos de trabajo para sus compañeros de familias rurales de escasos recursos.

En el caso de Jumanisa Mahum, ahora un profesor de escuela primaria, el centro de educación y capacitación profesional mejoró su capacidad de distinguir entre lo legal y lo ilegal. "Muchas personas adquirieron mayor consciencia de la ley y mejoraron sus habilidades de razonamiento. No volverán a tener pensamientos extremistas de nuevo. Personalmente, pienso que los centros ya no son necesarios", indicó ella.

Fuente: CGTN

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