Detrás de la acusación de genocidio de Estados Unidos contra China, las fabricaciones de un ideólogo de extrema derecha
Por Max Blumenthal y Gareth Porter
Las administraciones de Trump y Biden han confiado en el trabajo de un extremista religioso de derecha, Adrian Zenz, para su acusación de 'genocidio' contra China. Un examen detenido de las investigaciones de Zenz revela un abuso de datos flagrante y mentiras flagrantes.
El presidente Joe Biden y su secretario de Estado Anthony Blinken han respaldado ambos la acusación de "genocidio" lanzada a última hora por el ex-secretario de Estado Mike Pompeo contra la población musulmana uigur de la provincia china de Xinjiang. Pero una investigación sobre el trabajo publicado por el investigador en el que Pompeo se basó para respaldar su afirmación de genocidio revela un patrón de abuso de datos y afirmaciones fraudulentas que debilita considerablemente la acusación incendiaria.
La acusación de genocidio del gobierno estadounidense contra China proviene de una única fuente: un artículo de junio de 2020 de Adrian Zenz , un investigador alemán de derecha afiliado a la Fundación del memorial para las víctimas del comunismo y a la Fundación neoconservadora Jamestown en Washington.
Unos artículos de Associated Press, de CNN y de la BBC también se basaron en el artículo de Zenz para afirmar que la caída de las tasas de natalidad uigur y la aplicación de medidas de control de la natalidad en los condados uigures de la región de Xinjiang eran la evidencia de una política de 'genocidio demográfico'.
Pocos días después de la publicación del artículo de Zenz, Pompeo publicó una declaración denunciando la supuesta política de China de "esterilización forzada, aborto forzado y planificación familiar coercitiva", dando personalmente crédito a las "revelaciones impactantes de Adrian Zenz".
Biden respaldó la acusación de genocidio el pasado mes de agosto, cuando apareció por primera vez en una oleada de reportajes mediáticos. Su portavoz de campaña dijo a Politico: "La indescriptible opresión que los uigures y otras minorías étnicas han sufrido a manos del autoritario gobierno chino es un genocidio y Joe Biden se opone en los términos más enérgicos". Blinken, por su parte, dijo en su primera conferencia de prensa como secretario de Estado que estaba de acuerdo en que se había cometido un genocidio contra los uigures.
Si bien los empleadores de Zenz lo describen como "uno de los académicos más destacados del mundo sobre las políticas del gobierno de la República Popular China hacia las regiones occidentales del Tíbet y de Xinjiang", en realidad es un fundamentalista cristiano de extrema derecha que ha afirmado estar "guiado por Dios" contra el gobierno chino, que deplora la homosexualidad y la igualdad de género, y ha enseñado exclusivamente en instituciones teológicas evangélicas.
Lyle Goldstein, especialista en China y profesor de investigación en el departamento de investigación estratégica y operacional del Naval War College, ha declarado a The Grayzone que el hecho de que Zenz califique el enfoque de China hacia los uigures como un "genocidio demográfico" es "ridículo hasta el punto de ser un insulto para los que perdieron seres queridos en el Holocausto".
Goldstein dijo que el enfoque chino de Xinjiang "es una postura más represiva de lo que nos gustaría, pero ciertamente no es un genocidio".
Además, un examen detenido de la investigación de Zenz muestra que su afirmación de genocidio se ve contradicha por un abuso flagrante de datos, afirmaciones fraudulentas, una clasificación selectiva de fuentes y declaraciones propagandistas falsas.
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Adrian Zenz testifica ante el Congreso de los Estados Unidos, 10 de diciembre de 2019 |
¿Genocidio o trato igualitario en la política de planificación familiar?
En su documento de 2020 para la Fundación Jamestown, Adrian Zenz se jacta de que sus hallazgos "proporcionan la evidencia más sólida hasta la fecha de que las políticas de Beijing en Xinjiang cumplen con uno de los criterios de genocidio citados en la Convención de las Naciones Unidas sobre la prevención y la represión del crimen de genocidio".
Zenz hizo referencia al artículo 2, letra d), de dicha convención: "Imponer medidas destinadas a prevenir los nacimientos en el seno del grupo". Pero el artículo II califica los actos pertinentes como aquellos "cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal".
Pero la "prevención de los nacimientos" no puede constituir en sí misma una prueba de un supuesto genocidio sin una prueba de la intención de destruir al grupo en cuestión. De lo contrario, cualquier programa de control de la natalidad proporcionado a un grupo étnico sería evidencia prima facie de una política de genocidio contra el grupo.
Zenz argumentó que las medidas de control de la población aplicadas a los uigures podían caracterizarse como "genocidas" porque las tasas de crecimiento de la población cayeron un 84% en las dos prefecturas uigures más grandes entre 2015 y 2018, y aún siguieron disminuyendo en varias regiones minoritarias en 2019. Pero estadísticas más completas que Zenz citó en su informe, y datos que omitió convenientemente, contradicen su conclusión.
Zenz proporcionó estadísticas que revelan que entre 2005 y 2015, el crecimiento de la población uigur en Xinjiang fue 2,6 veces mayor que el de los chinos han en la región de Xinjiang. (El gráfico presentado en su informe se encuentra a continuación).
Tanto las cifras oficiales chinas como Zenz están de acuerdo en decir que la población uigur de Xinjiang aumentó significativamente entre 2010 y 2018.
Las cifras de Zenz muestran un aumento en la población uigur de 10,1 millones a 11,8 millones durante los años 2010 y 2018, mientras que las cifras del gobierno chino muestran un aumento aún mayor de 10,1 a 12,7 millones. Esto significa que la población uigur de Xinjiang ha crecido un 25,04%, una cifra asombrosa.
Zenz muestra que la población china han pasó de 8,5 a 9,8 millones de personas durante el período de ocho años, mientras que las cifras del gobierno chino muestran un aumento menor de la población Han, de 8,8 a 9 millones de personas.
El rápido aumento de las tasas de crecimiento de la población uigur y el mayor margen de la mayoría uigur con respecto a la población han de Xinjiang en los últimos años son el resultado de la política de un hijo único impuesta a las parejas de chinos han por el gobierno chino en 1979.
Según el especialista chino Martin King Whyte, la política del hijo único ha ido acompañada de un modelo de abuso a largo plazo en su implementación, que incluye "un monitoreo menstrual intrusivo, esterilizaciones y abortos forzados, multas monetarias asombrosas por nacimientos 'fuera de cuota', destrucción de muebles y de las casas de los que se resisten y la negativa a registrar a los bebés nacidos fuera del plan".
Sin embargo, las familias uigures han estado exentas de la política del hijo único. A las parejas uigures urbanas se les ha permitido tener dos hijos y a las parejas uigures rurales tres. Además, en la práctica, los uigures de las zonas rurales a menudo tenían familias numerosas, con hasta nueve o diez niños en algunos casos, como incluso reconoció Zenz.
En 2015, el gobierno chino anunció una relajación del límite de un hijo impuesto desde hacía décadas a las parejas han en las áreas urbanas, permitiendo que las parejas urbanas tengan dos hijos y a las familias rurales tres. En Xinjiang, donde las tasas de natalidad excedían regularmente los límites establecidos previamente, los responsables locales insistieron en la aplicación equitativa de la política de planificación familiar entre las parejas han y las parejas uigures.
En julio de 2017, el gobierno regional de Xinjiang puso fin a la exención del antiguo límite para los niños uigures. Por lo tanto, las parejas uigures debían respetar los mismos límites que se impusieron recientemente a las parejas han: dos hijos en las zonas urbanas y tres en las zonas rurales.
Como ha admitido libremente el gobierno chino, la caída del 5% en la tasa de natalidad en Xinjiang entre 2017 y 2018 es el resultado de la aplicación equitativa de la política de planificación familiar entre diferentes etnias.
Al mismo tiempo que eludió este punto, Zenz también pasó por alto el hecho de que la tasa de natalidad general de China ha caído precipitadamente en los últimos años en todo el espectro demográfico, a medida que la población envejece y los anticonceptivos se vuelven más disponibles a través de programas como la distribución gratuita anual de mil millones de preservativos del gobierno. Por ejemplo, en la ciudad de Guangzhou, que está lejos de Xinjiang, la tasa de recién nacidos ha caído a su nivel más bajo en una década.
Seleccionar y distorsionar las fuentes de información, presentar la atención médica gratuita como un genocidio
Aún en 2017, la Comisión nacional china de la salud y la planificación familiar anunció una inversión de 5.200 millones de dólares en atención sanitaria en Xinjiang, anunciando su intención de reforzar una infraestructura sanitaria frágil en las zonas rurales pobres de la región.
Según las estadísticas del gobierno chino, las tasas de mortalidad materna e infantil en Xinjiang se redujeron casi a la mitad de aquí a 2018, mientras que la esperanza de vida media aumentó gracias a al aumento de las inversiones en sanidad pública. Un estudio realizado en 2019 por The Lancet describió la mejora de la salud materna y la reducción de la mortalidad infantil en China como un "logro notable". Otro estudio realizado ese mismo año por la Academia china de ciencias médicas llegó a una conclusión similar. Zenz no ha explicado cómo estos indicadores de salud positivos podían servir como evidencia de genocidio, omitiendo simplemente estas cifras en su informe.
A lo largo de su artículo, Zenz ha presentado la expansión de los servicios de salud pública en Xinjiang como evidencia de un genocidio en curso. Por ejemplo, Zenz mostró una fotografía de residentes uigures de las zonas rurales de Xinjiang recibiendo consultas médicas en una clínica gratuita como parte de un "esfuerzo para hacer aplicar la implementación completa de los esfuerzos cada vez más intrusivos de control de la natalidad".
Sin embargo, la foto mostraba a una pareja de ancianos que era demasiado mayor como para tener hijos y estaba fechada en mayo de 2017, meses antes de que el gobierno chino anunciara el fin de la exención del límite de edad para los niños uigures.
Según la fuente original de la fotografía, un artículo de China News, mostraba un regimiento del Xinjiang Production and Construction Corp desplegado en una provincia rural como parte del programa gubernamental de erradicación de la pobreza. Allí, los médicos "midieron la presión arterial, el electrocardiograma, el azúcar en la sangre, la altura y el peso de los aldeanos pobres que venían a ver al médico de forma gratuita... Más de 200 personas pobres fueron diagnosticadas y tratadas, y se distribuyeron más de 100 medicamentos comunes en el lugar".
En otro punto de su artículo, Zenz citó un documento de agosto de 2019 de la oficina gubernamental del condado de Wenquan en Xinjiang como evidencia de "una mayor presión para implementar métodos intrusivos de control de la natalidad''. Hizo referencia a una sola mención de 468 "operaciones de control de la natalidad", que alternativamente podrían traducirse como "operaciones de planificación familiar", pero no proporcionó ninguna evidencia de que estas operaciones eran coercitivas. De manera reveladora, Zenz omitió la siguiente línea, que expresaba la satisfacción con una tasa de natalidad del 8,11%.
Zenz luego ignoró el resto del documento, que promocionaba el aumento de los servicios gratuitos de salud mental, las vacunas contra la poliomielitis y el tratamiento de prevención del SIDA, así como las medidas de reducción de la pobreza y la construcción de nuevos hospitales y clínicas médicas para la población de Xinjiang.
¿Cómo encaja una inversión masiva para mejorar la salud de las comunidades rurales previamente desatendidas con una política de genocidio? Una vez más, Zenz eludió completamente la cuestión.
Inventar estadísticas, contar historias para tenderle una trampa al enemigo oficial
Entre los "principales hallazgos" de Zenz se encuentra que "el 80% de todos los DIU (Dispositivos Intrauterinos) en China... se realizaron en Xinjiang, aunque la región solo representa el 1,8% de la población del país".
Según el Anuario de estadísticas de salud de China de 2019 publicado por la Comisión nacional de salud (la fuente original de la declaración de Zenz), el número de nuevos procedimientos de inserción de DIU en Xinjiang en 2018 solo representaba el 8,7% del total de China. Por lo tanto, la "conclusión principal" de Zenz pareció cambiar en un factor de 10 a 1, un error asombroso que debilitó considerablemente la calidad explosiva de su argumento.
Las secciones pertinentes del anuario estadístico en las que se basó Zenz fueron traducidas por un hablante nativo chino y se presentan a continuación. Se puede consultar una traducción completa de la gráfica aquí, y un archivo del conjunto del anuario estadístico se puede encontrar aquí.
Cuando Zenz intentó defenderse de las acusaciones de manipulación de las estadísticas de las operaciones de control de la natalidad en Xinjiang, finalmente arrojó más dudas sobre la calidad de su investigación. Al responder a una crítica universitaria china, afirmó que había calculado que las 239.457 nuevas inserciones netas de DIU de Xinjiang (dispositivos agregados menos los extraídos) representaron el 80% del total nacional en 2018.
Sin embargo, la provincia de Henan registró 206.281 nuevas inserciones netas de DIU, es decir el 69%, en 2018. Mientras tanto, Hebei registró el 61%, es decir un total del 210% de las colocaciones de DIU a nivel nacional. Estas cifras solo tienen sentido cuando son calculadas teniendo en cuenta provincias como Jiangsu y Yunnan, que registraron más retiros (-60% y -54%, respectivamente) que el número total de colocaciones DIU a nivel nacional. Al confiar en una medida tan extraña, Zenz parece haber intentado un cínico juego de manos estadístico para presentar a Xinjiang como un semillero de cirugía anticonceptiva.
En quizás la afirmación más involuntariamente absurda en un artículo repleto de datos de este tipo, Zenz afirmó que el gobierno chino estaba insertando entre 800 y 1400 DIU por habitante cada año en Xinjiang. Esto significa que todas las mujeres de la provincia tendrían que haberse sometido a entre 4 y 8 operaciones de DIU al día. Con tanto tiempo en la mesa de operaciones todos los días, es sorprendente que todo el mundo en Xinjiang pueda encontrar tiempo para trabajar o comer.
En otra parte de su artículo, el manipulador de datos afirma que al 73,5% de las mujeres casadas en edad de procrear en el condado de Kuqa en Xinjiang se les insertó un DIU entre 2017 y 2018. En una nota a pie de página, Zenz dijo: "Estos datos provienen de una memoria caché de más de 25.000 registros del gobierno local obtenidos por el autor en 2019". Sin embargo, el artículo que proporcionó como acompañamiento fue escrito por él mismo para la Fundación Jamestown y no contiene ningún dato sobre las operaciones de colocaciones de DIU en el condado de Kuqa.
Zenz ha intentado adornar sus cuestionables estadísticas con testimonios dramáticos de exiliados uigures radicados en los Estados Unidos y propagados por el Departamento de Estado estadounidense. Los relatos de estos exiliados han sido cuestionados con vehemencia por miembros de su familia en Xinjiang, así como por graduados de centros profesionales y médicos locales, quienes presentaron documentos oficiales del hospital que supuestamente refutan sus alegaciones.
En su artículo, Zenz citó un artículo publicado en septiembre de 2019 en Radio Free Asia, una estación gubernamental estadounidense, que contenía el testimonio de una exiliada con sede en los Estados Unidos, Tursunay Ziyawudun, quien dijo que fue esterilizada a la fuerza y torturada físicamente en un centro de internamiento chino.
Sin embargo, en febrero de 2020, Ziyawudun cambió por completo su versión de la historia, contando a Buzzfeed: “No he sido golpeada ni maltratada. La parte más dura fue mental. Esto es algo que no puedo explicar: tienes un dolor mental. Ser retenido en algún lugar y estar obligado a permanecer allí motivo alguno”.
Ziyawudun volvió a cambiar su historia después de ser transferida a los Estados Unidos y promovida por el Proyecto de los derechos humanos uigur financiado por el gobierno de los Estados Unidos. El pasado mes febrero, le dijo a la BBC y a CNN que los guardias la violaron en grupo en un campo de internamiento. El reportaje de la BBC se basó en nada menos que Zenz como experto en la política de la llamada "violación sistemática" de China.
El marco propagandista de Zenz, la cuidadosa selección de fuentes originales y la preparación de estadísticas coinciden con un patrón de tergiversación expuesto en un artículo de diciembre de 2019 que él escribió para una publicación ligada a la OTAN, alegando una política china dirigida a obligar a los miembros de la minoría uigur a trabajar en "esclavitud".
Como informó Ajit Singh para The Grayzone, Zenz elaboró un artículo sobre un programa del gobierno que proporciona a las mujeres uigures servicios gratuitos de cuidado infantil como evidencia de la separación forzada de las familias, un "ejemplo impactante de esta 'liberación' de las mujeres de sus hijos", dijo. Zenz convenientemente omitió citar en el artículo a una mujer uigur que declaró que el carácter gratuito de los cuidados infantiles "resolvió [su] problema, ahora hay gente cuidando de mis hijos, puedo ir a trabajar en paz... muy práctico".
Debido a que los artículos de Zenz son publicados por un think tank neoconservador que ha funcionado como un cortacircuitos de los servicios de información estadounidenses, no son examinados por académicos acreditados. Pero tampoco parecen haber sido objeto de una verificación exhaustiva de los hechos. Esto expuso a Zenz a un examen embarazoso en internet y lo obligó a eliminar errores después de ser interrogado por usuarios de Twitter seleccionados al azar.
Si bien es difícil entender cómo Zenz se salió con la suya con tantos errores estadísticos, una mirada a su pasado ayuda a explicar sus motivaciones ideológicas, y proporciona un contexto importante para su enfoque negativo de la aplicación del control de la natalidad. Es un fundamentalista cristiano anti-aborto y anti-feminista, cautivado por la teología del fin de los tiempos, y declaró que Dios lo había guiado en una misión contra el gobierno chino.
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El primer libro de Adrian Zenz, en coautoría con Marlon Sias, condena la igualdad de género, la homosexualidad y el socialismo como obras del Anticristo. |
Un cristiano anti-homosexual y anti-aborto dedicado a la lucha contra China "guiado por Dios"
La BBC basó su artículo de junio de 2020 en el que alegaba "un control de la natalidad forzado para suprimir a la población" en el trabajo de Zenz, calificándolo como "especialista en China" sin mencionar su empleo en instituciones de derecha en Washington o sus propias opiniones hiperideológicas.
Al igual que la BBC, un artículo de Associated Press se basó completamente en una copia en borrador del documento de Zenz, pero no proporcionó contexto alguno y blanqueó su política de derecha o sus afiliaciones institucionales. Un informe de la CNN publicado un mes después y un seguimiento de la CNN en septiembre de 2020 sobre supuestas esterilizaciones forzadas chinas en Xinjiang también se apoyaron en Zenz sin mencionar su pasado político.
Según informó The Grayzone, Zenz es un fundamentalista cristiano de extrema derecha que afirma haber sido "guiado por Dios" para derrotar al Partido Comunista Chino. Aunque es casi invariablemente presentado en los medios occidentales como un destacado especialista sobre China, en 2015 se describió a sí mismo como "un maestro de conferencias en métodos de investigación empírica en una universidad cristiana". De hecho, hasta 2018, Zenz estaba en la lista de profesores de la Escuela europea de cultura y teología de la Universidad internacional de Columbia en Korntal, Alemania.
En el primer libro de Zenz, "Worthy to Escape: Why all believers will not be raptured before the Tribulation", él y su coautor, Marlos Sias, instaron a los creyentes cristianos a someter a los niños indisciplinados a "azotes bíblicos", condenaron la homosexualidad como "uno de los cuatro imperios de la bestia", y argumentó que los judíos que se niegan a convertirse al cristianismo evangélico durante el fin de los tiempos serían "aniquilados" o " refinados" en un "horno ardiente".
En el tomo de The End of Times, Zenz predijo que la inminente caída del capitalismo llevaría al Anticristo al poder en "unas pocas décadas". Él identificó la fuerza que "traerá al Anticristo al poder" como "la caída económica y financiera de 'Babilonia', 'Babilonia' representa simbólicamente el sistema económico mundial (capitalismo)".
Como otros evangélicos "cristianos renacidos", Zenz también es ferozmente anti-aborto y se opone a la igualdad de género. "Otra importante estructura de autoridad dada por Dios que Satanás ataca a través del espíritu posmoderno es la de las estructuras de autoridad de género", escribió Zenz. "A través de las nociones de igualdad de género […] el enemigo socava los roles únicos pero diferentes que Dios asigna a hombres y mujeres".
Zenz es actualmente investigador en la Fundación del Memorial de las víctimas del comunismo, un frente de lobbying de derecha con sede en Washington D.C. nacido del Comité nacional de naciones cautivas. Este último grupo fue fundado por el nacionalista ucraniano Lev Dobriansky para sofocar cualquier esfuerzo diplomático con la Unión Soviética. Su copresidente, Yaroslav Stetsko, era un líder de la milicia OUN (b) que luchó junto a la Alemania nazi durante su ocupación de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial.
En abril de 2020, el empleador de Zenz enumeró todas las muertes mundiales de Covid-19 como "víctimas del comunismo" y culpó de cada una de ellas al gobierno chino.
Zenz también es empleado de la Fundación Jamestown, un think tank neoconservador en Washington D.C., fundado como resultado de los esfuerzos del director de la CIA de Ronald Reagan, William J. Casey, para establecer un canal extra-gubernamental que permitiera pagar a los disidentes soviéticos. En el pasado, los dirigentes de Jamestown fueron la punta de lanza de los esfuerzos de lobbying para apoyar el separatismo en Chechenia.
En su aparente celo por la escalada con China, los principales medios occidentales como la Associated Press, la BBC y la CNN han aceptado las dudosas investigaciones de Zenz como un hecho absoluto, ignorando su pasado de extremista religioso ideológicamente comprometido con un cambio de régimen en Beijing. Si Biden y Blinken adoptan formalmente la designación de “genocidio” de la administración Trump, también habrán respaldado efectivamente las investigaciones chapuceras y propagandísticas de Zenz.
La acusación de genocidio puede ser considerada por la administración Biden como un argumento geopolítico útil, así como una defensa contra los ataques de la República de derecha que pinta al nuevo presidente como "conciliador con China". Pero no hará más que fortalecer la mano de los partidarios de la línea dura decididos a provocar una confrontación peligrosa y potencialmente catastrófica con otra potencia nuclear.
"Los Estados Unidos han emprendido la tarea de vilipendiar a China", declaró el antiguo jefe adjunto de misión estadounidense en China y secretario adjunto de defensa Chas Freeman al medio The Grayzone, y la acusación de genocidio uigur "es la cuestión perfecta para hacerlo".
Freeman estimó que los chinos "parecen estar haciendo muchas cosas crueles y contraproducentes en Xinjiang". Sin embargo, advirtió en contra de tomar la acusación de genocidio al pie de la letra: “En la atmósfera actual, deberíamos ser particularmente escépticos con todas las afirmaciones de aquellos que hacen parte de la actual campaña anti-China en Occidente. Antes de condenar, debemos estar seguros de los hechos ”.
La Fundación Jamestown no respondió a una solicitud de comentarios sobre la investigación de Zenz.
Gareth Porter y Max Blumenthal
Gareth Porter es un periodista de investigación independiente que ha cubierto la política de seguridad nacional desde 2005 y recibió el Premio Gellhorn de periodismo en 2012. Su último libro, The CIA Insider's Guide to the Iran Crisis, escrito en coautoría con John Kiriakou, se publicó recientemente en febrero.
Max Blumenthal es el redactor jefe de The Grayzone. Max Blumenthal es un periodista galardonado y autor de varios libros, incluido los superventas Republican Gomorrah, Goliath, The Fifty One Day War y The Management of Savagery. Ha escrito artículos para una toda una serie de publicaciones, numerosos reportajes en video y varios documentales, incluido Killing Gaza. Blumenthal fundó The Grayzone en 2015 para arrojar luz periodística sobre el estado perpetuo de guerra de Estados Unidos y sus peligrosas repercusiones internas.
Fuente: Investig'action
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