Sobre las últimas declaraciones del alcalde de Valencia Joan Ribó


Hace aproximadamente unas dos semanas, en una aparición en el canal de televisión valenciano La Ocho Mediterráneo, y ante la pregunta de un periodista que le preguntaba si seguía siendo comunista, el alcalde de Valencia y miembro de Compromís Joan Ribó hizo las siguientes declaraciones: 

"No, por un motivo, porque yo he visto el desarrollo... Creo que en estos momentos los planteamientos comunistas están siendo superados por otros elementos que yo creo que son mucho más acuciantes, como son todos los temas medioambientales. Los planteamientos [comunistas], que yo creo que eran correctos en un momento determinado, en estos momentos... Hay que leer a Piketty, para analizar como es el capitalismo, y hay que ver que las cosas han cambiado mucho. Y no se pueden resolver los problemas con formas de tratarlos de hace un siglo, con formas de tratarlo de hace... Y sobre todo hay un tema que a mí siempre me ha preocupado mucho, y es el tema... y ahora sí que voy a recurrir a un topicazo, que es el tema de la libertad. Creo que es un tema muy importante. O sea, la libertad es un elemento básico del ser humano, que de alguna manera, yo creo, desde el planteamiento comunista clásico, no ha sido tratado adecuadamente, y se percibe en el comunismo y en el post-comunismo de muchos países, que por desgracia siguen, con comunismo o sin él, siguen con unos derechos de las personas mínimos. El caso de Rusia es paradigmático en este sentido, ¿no? O el caso de China, ¿eh?, que también puede ser otro."

Ante estas afirmaciones de Joan Ribó, la Asociación Soong Ching-ling de amistad con China quisiera hacer un par de puntualizaciones. 

En primer lugar, quisiéramos dejar claro que no somos una organización marxista-leninista ni comunista, pero tampoco contraria al comunismo, en la medida en que el partido dirigente en la República Popular China es un partido comunista. Por eso, aunque pretendemos ser una asociación abierta a todo tipo de sensibilidades políticas, sí nos vemos obligados a defender la forma que tiene el Partido Comunista de China de entender el comunismo. 

Y en ese sentido animamos a todo político español, en especial los que tengan cargos de responsabilidad como Joan Ribó, a informarse mejor sobre China para no hacer afirmaciones precipitadas.

Las declaraciones de Joan Ribó resultan ser problemáticas en dos puntos. 

Primero, está la afirmación de que el comunismo no sirve para afrontar los retos medioambientales. Pero si se informara un poco sobre China, Joan Ribó sabría que China está a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático. China es el principal productor mundial de energía renovable, llegando a producir el doble que el segundo en la clasificación mundial, que son los Estados Unidos. China es el país que ha reforestado más superficie de su territorio en los últimos años. China tiene planificado llegar al pico de emisión de carbono en 2030 y lograr la neutralidad de carbono para 2060. Claro está que en términos absolutos China es el mayor productor mundial de emisiones de carbono, pero si lo medimos en términos per cápita resulta que China está en el puesto 56 a nivel mundial, mientras que España está en el puesto 53. 

Por lo tanto, no hay ninguna incompatibilidad entre el comunismo chino y afrontar seriamente y con responsabilidad los retos medioambientales. Es más, es probablemente al contrario: como la mayor amenaza para el planeta es el afán de lucro derivado de la propiedad privada de los medios de producción y la anarquía del mercado, ejemplos como el socialismo con características chinas pueden ser una alternativa viable. 

La segunda afirmación polémica de Joan Ribó es la afirmación acerca de, según él, la falta de libertad en China y la falta de derechos (según él, "mínimos") para los habitantes de China. En primer lugar, decir que el presidente de la Asociación Soong Ching-ling, Alexandre García, estuvo en Beijing 11 días visitando la ciudad y no le dio en absoluto la impresión de que los ciudadanos chinos tuvieran una libertad restringida. Es más, le dio más bien la impresión de que hay una buena sintonía entre las fuerzas de seguridad del Estado y la ciudadanía. Ese mito acerca de la falta de libertad que existe en China también se desmiente con poco que se vean videos del youtuber Jabiertzo, que vive en China desde 2011 y no tiene la misma opinión que Joan Ribó. 

Donde sí puede haber tal vez parte de verdad en las afirmaciones de Joan Ribó, de alguna manera, es en el hecho de que el Estado de Derecho en China no está tan avanzado como en los países occidentales (de ahí a decir que los derechos de los ciudadanos son "mínimos", como él dice, hay un trecho). Pero como bien explica el youtuber Jabiertzo, en China prima la preocupación por elevar el nivel de vida de la población sobre otras consideraciones como garantías democráticas de las que puedan gozar los ciudadanos. Y los logros de China en este sentido hablan por sí mismos: 800 millones de personas han salido de la pobreza desde el inicio de la Reforma y Apertura hace 42 años, habiendo desaparecido completamente la pobreza extrema en 2020. Y es que está muy bien defender las libertades que defiende Joan Ribó (aunque haría falta que especifique cuáles, según él, son las libertades que no existen en China), pero se le olvida una libertad, posiblemente la más fundamental para el ser humano, y que a menudo es olvidada en Occidente, que es la libertad de salir de la pobreza. Hace pocos años un ganadero de la región autónoma de Tíbet en lo que más pensaba era cómo salir de la pobreza y no en si le publicarían en la prensa un artículo criticando a Xi Jinping. 

Por lo demás, China es un país que puede parecer más "autoritario" que España, y de nuevo nos vamos a remitir a la experiencia de Alexandre García: efectivamente, para acceder a la Plaza de Tiananmen, por dar un ejemplo, hace falta pasar un control. Para entrar en el Museo Nacional de China o al entrar en cualquier estación del metro de Beijing hace falta pasar por un detector de metales. Pero una vez más, nos remitiremos a lo que cuenta Jabiertzo por su experiencia en China, o más en concreto a lo que dice su pareja Lele: a un chino, si le dan a elegir entre la "libertad" y la seguridad, casi siempre va a preferir la seguridad. Y la seguridad de la que se goza en China es un hecho incuestionable. Y eso en absoluto quiere decir que China sea una dictadura terrible. 

Aunque no haya tocado expresamente el tema, suponemos que cuando Joan Ribó habla de la falta de "libertad" en China, implícitamente también hace referencia a su sistema político, que podemos calificar de democracia consultiva y piramidal con partido hegemónico (el Partido Comunista de China). Pero es que es precisamente este régimen (que una inmensa mayoría de chinos aprueban) lo que ha permitido que China consiga el milagro de sacar a 800 millones de personas de la pobreza y que China se haya convertido en la segunda potencia económica mundial, arrancando de una situación de atraso profundo antes de la Reforma y Apertura. Joan Ribó está en su derecho de preferir el modelo occidental de democracia liberal pluripartidista con elecciones "libres", pero este sistema no es más que un sistema en el que cada partido compite por ver quién llega al poder para incumplir sus promesas y garantizar que el poder real siga en manos de los de siempre, es decir, los capitalistas, con las consecuencias que todos sabemos: estancamiento de los salarios (cuando no pauperización de la población), paro juvenil abrumador, precariedad laboral, desindustrialización, etc. Todo esto por no hablar del hecho de que la democracia liberal favorece la alternancia perpetua de los partidos, de manera que es imposible planificar políticas de Estado, pues cada partido que sucede al otro deshace lo que hizo el anterior por cuestiones electoralistas y de ambición política. En otras palabras, agarrarse al poder por el mero hecho de agarrarse al poder, hasta que sea destituido por otro partido que hará lo mismo aunque con otra ideología, pero que no cuestionará lo esencial, que es el sistema capitalista. China, en cambio, al tener como dirigente a un partido hegemónico que se guía por el principio supremo de servir al pueblo, ha conseguido logros inmensos en materia de reducción de la pobreza, industria, crecimiento económico, preservación del medio ambiente y lucha contra el calentamiento global, tecnología y ciencia, etc. 

Por todo lo expuesto anteriormente, lo reiteramos, los políticos españoles deberían tener un poco más de humildad y deberían informarse sobre la República Popular China, sobre sus logros incuestionables, sobre su sistema político y sobre la sociedad china, y no pensar que por ser europeos son mejores y que tienen siempre razón frente a los puntos de vista chinos. Deben buscar la verdad en los hechos y dejar de lado tanto el supremacismo euro-estadounidense como el relato que presentan con frecuencia los medios de comunicación occidentales, para no hacer declaraciones, cuanto menos atrevidas, como las que hizo Joan Ribó.

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