¡China está más que nunca en el periscopio de Washington!

Por Jean Pierre Page

Se acaba de concluir una “nueva” alianza estratégica entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Con esta asociación, Washington va a contribuir a que Londres y Canberra participen en la implementación de un dispositivo estratégico sin precedentes, un pacto que situará a China más que nunca en su línea de mira o más bien en su periscopio: el Trilateral Security Pact. Se admitirá que esto va mucho más allá de la venta de submarinos, y ahí está la importancia de este extraño y no tan extraño asunto. 

Esta vez Londres ha roto definitivamente lazos con la UE. Volvemos, pues, al atavismo de las antiguas alianzas anglosajonas. Incluso si Nueva Zelanda se ha distanciado, los “five eyes” están de nuevo en funcionamiento [1]. Con Washington siempre ha sido así, las alianzas son a varias velocidades. En otras palabras, “no se mezclan paños de cocina y toallas”. 

¿Qué significa AUKUS ? 

Este nuevo tipo de sinergia lleva el nombre de AUKUS (acrónimo de Australia, United Kingdom, United States) y se materializa significativamente a través del abandono por parte de Australia de un pedido de 12 submarinos nucleares contratados a Francia por valor de 56.000 millones de euros, lo que lo convertía en el mayor contrato de defensa europeo. Para Francia, una potencia nuclear, pero un "socio menor" de la Alianza Atlántica, representa una seria decepción que desde entonces ha provocado una verdadera crisis nerviosa en el gobierno de Macron. ¿Pero hasta cuándo, pues ya se está hablando de "reconciliación"? Deberíamos sacar todas las consecuencias, porque esta situación no tiene precedentes, pero no es lo que se está haciendo. En cuanto a la Unión Europea, siempre ha aceptado desempeñar los papeles secundarios, no sin contradicciones, pero su línea de conducta consiste en seguir siendo vasallo dentro del imperio. 

Hay que decir que este acuerdo entre Francia y Australia había sido bautizado imprudentemente como el “contrato del siglo”. Para empeorar las cosas, el cambio de actitud aparentemente frívolo de Canberra, pero deliberadamente calculado, se anunció simbólicamente el día del 240 aniversario de una victoria naval francesa sobre la Royal Navy británica en Chesapeake, batalla a partir de la cual se obtuvo la independencia de los Estados Unidos [2]. ¡La “pérfida Albión" debe haberlo apreciado! El “aliado más antiguo” de Washington quedó atónito, “indignado”, se habló de “traición”, “puñalada por la espalda” y París ha llamado de forma inédita a sus embajadores en Washington y Canberra. 

Pero, más allá de estos altibajos, esta alianza tripartita arroja sobre todo una luz significativa sobre la implementación y la persecución acelerada de la estrategia estadounidense con respecto a China, especialmente unas semanas después de la caótica retirada de Afganistán por parte de Washington y sus aliados. 

Sobre este tema al menos, Joe Biden y Anthony Blinken tienen el mérito de haber sido claros y constantes. Habían anunciado que "¡Esto no ha terminado!", lo que permitió que el conservador Tom Dugenhadt, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento británico, hiciera una declaración ante el Institute of Policy Exchange: “Cuando las partes tienen diferentes percepciones de las fortalezas y debilidades de la otra, en ese momento es posible que surja un conflicto, y en un momento como este, es muy posible que esto sea exactamente lo que veremos” [3]. 

Por consiguiente, la salida apresurada de Kabul no significó de ninguna manera una retirada estadounidense de la región euroasiática, como se demuestra hoy. Por el contrario, esta “nueva” asociación permitirá una reorganización de los medios coercitivos norteamericanos en relación con su principal objetivo, que ya no es contener o hacer retroceder a China, sino en última instancia crear las condiciones para un cambio de régimen en Beijing. 

De hecho, se ha subestimado en gran medida el Strategic Competition Act de 2021, una legislación adoptada por el Senado de los EE. UU., cuyo objetivo es movilizar todos los medios estratégicos, económicos y diplomáticos a través de una presencia en el Indo-Pacífico que permitirá a los Estados Unidos enfrentar “los desafíos planteados por China a la seguridad nacional y económica de Estados Unidos”. En su enfoque integral de los desafíos, esta ley también pretende fortalecer significativamente la ayuda de Estados Unidos a América Latina y África para frustrar la cooperación de China en estas dos regiones [4]. 

El "Pivot to Asia" sigue estando de actualidad

Para el “Estado profundo”, además de las sanciones económicas, comerciales, financieras y la intensa presión mediática que debe ser continuada, los medios determinantes de esta estrategia ofensiva serán militares. El “Pivot to Asia” de Barack Obama que, hay que recordar, fue anunciado ante el Parlamento australiano en 2011, no excluyó ninguna opción, incluida la de la guerra nuclear. Había advertido: "Si no establecemos nosotros las reglas, China las establecerá" [5]. 

Para Washington, esto es exactamente lo que está en la agenda y en esto trabaja el Pentágono incansablemente con una determinación que no puede subestimarse. Por lo tanto, estamos en una situación de continuidad, facilitada por el hecho de que todo el equipo en Washington es parte del círculo íntimo de Barack Obama. Lo que, de hecho, le permite disfrutar de un nuevo mandato a través de testaferros. 

Esta estrategia, que presenta riesgos evidentes para la paz mundial, va a contribuir ante todo a un relanzamiento y una ampliación de la carrera armamentística nuclear. El editorial del China Daily denuncia: "¡Washington forma una nueva banda para imponer la ley de la calle sin reglas!” El diario considera, no sin razón, que “la administración Biden sigue los pasos de Donald Trump, provocando un enfrentamiento para iniciar una guerra territorial y representa una seria amenaza para la paz, la estabilidad regional y un orden internacional construido sobre buenas normas”. Zhao Lijiang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, agregó: "Este acuerdo arroja dudas sobre la sinceridad de Australia para respetar sus compromisos de no proliferación nuclear". 

Desde su establecimiento en enero de 2021, la nueva administración estadounidense ha decidido asociar estrechamente la política interior y exterior. Esta preocupación debería permitir cerrar filas en torno a la pareja Joe Biden / Kamala Harris. 

Alcanzar dos objetivos 

Para ello, el primer objetivo es unir a demócratas y republicanos de forma bipartidista. Después de todo, ¿no escriben juntos en el Washington Post el neoconservador republicano Robert Kagan [6] y el neoconservador demócrata Anthony Blinken para delinear la visión geopolítica a seguir? Por ejemplo, la que hay que llevar con respecto a China, lo que permite hablar con una sola voz. No hace falta decir que hay un consenso muy amplio en Washington sobre este tema y no faltan fuerzas políticas y centros de investigación que se preocupan por él. En la primera fila está la fundación The Atlantic Council. Esta fundación con muchas ramificaciones está en el origen de tres informes estratégicos sucesivos, destinados a la nueva administración, sobre cómo ayudar a promover la creación en Beijing de un equipo moderado, que apoye un proyecto liberal pro-negocios, conciliador a nivel internacional, especialmente con los Estados Unidos. En última instancia, añaden los autores del famoso "Longer Telegram" (nombre de uno de los tres documentos, que hace referencia al "Long Telegram" de Georges Kennan que en 1946 se refería a la URSS), esto permitiría al pueblo chino emanciparse de la centenaria tutela del Partido Comunista y de su líder "maoísta" Xi Jinping [7]. 

El segundo objetivo de la nueva administración estadounidense es involucrar a sus aliados en su cruzada anti-china, especialmente a los de la Unión Europea. Sin embargo, el seguidismo que se requiere no está exento de contradicciones si tenemos en cuenta el lugar que ahora ocupan las inversiones chinas en el viejo continente. Este es el caso en particular de las consecuencias políticas, económicas y sociales importantes de la implementación de la nueva rutas de la seda con muchos países europeos, 17 de ellos hasta la fecha, y la perspectiva de la firma de un acuerdo de inversión entre Beijing y Bruselas, ya negociado por Xi Jinping, Angela Merkel y Emmanuel Macron: el China Investment Agreement (CAI). ¿No son superiores los intercambios comerciales entre China y Europa a los de Europa con Estados Unidos? [8]. 

Por estas razones, el anuncio teatral del establecimiento del AUKUS también da fe de la necesidad de un relanzamiento y una redefinición de las misiones de la OTAN que tendrán que ser "removilizadas" en el frente euroasiático, teniendo como prioridad China y sus dos aliados más importantes: Rusia e Irán. Esta exigencia de los líderes estadounidenses pretende superar los matices que aparecieron entre Biden y los europeos durante la cumbre de jefes de Estado de la OTAN, y después en el G7 que, como ya sabemos, apenas dio lugar a una resolución, entre otras razones por la actitud a tener sobre China. 

En ambos casos, esta voluntad política de la administración Biden quiere romper con lo que se sigue llamando “los errores de la presidencia anterior”, es decir, la “America alone strategy” de Donald Trump. 

Por lo tanto, la ambición y las preocupaciones de Joe Biden, Boris Johnson y del primer ministro australiano Scott Morrison van mucho más allá de un cambio de proveedor en submarinos nucleares, aunque siempre es bueno apropiarse de un contrato de 56.000 millones de euros. Esta decisión debe interpretarse como una fuerte señal a favor de una adhesión occidental para una nueva escalada contra China a través de una reorganización y un rearme peligroso del sudeste asiático, calificada arbitrariamente por los Estados Unidos como “Indo-Pacífico”. 

El AUKUS, lejos de ser el resultado de una decisión repentina, estuvo de hecho bajo consideración durante mucho tiempo. Además, la caída de Kabul coincidió con la gira asiática de Kamala Harris y sus conversaciones de alto nivel en Singapur y Vietnam. Así, en un importante discurso en Hanoi, declaró: "Hablaremos en voz alta si Beijing toma medidas que amenacen el orden internacional" y agregó que "la libertad de navegación es una cuestión vital para la región" [9]. 

El origen de AUKUS 

Esta afirmación, que no es nueva, tiene su origen años antes, también en Hanoi, en las provocadoras declaraciones que había hecho Hillary Clinton con motivo de la reunión en 2010 del Foro Regional de la ASEAN [10]. Refiriéndose al “Pivot to Asia” de Barack Obama, Clinton había declarado que las llamadas operaciones de libertad de navegación (FON) de buques de guerra y aviones militares estadounidenses en el Mar de China Meridional “constituían un tema de interés nacional para Washington”. De esta manera abría el camino para la interferencia directa de los Estados Unidos en disputas territoriales y marítimas bilaterales que involucran a China, así como a la presencia norteamericana en los territorios y mares bajo la soberanía de Beijing. 

Así, además de las numerosas bases estadounidenses en forma de cordón sanitario alrededor de China, el dispositivo naval ya existente, que constituye la mayor concentración ofensiva del mundo por parte de Estados Unidos, se verá reforzado por una flota importante de submarinos atómicos. Esto se hará en violación del Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares [11]. Este tratado multilateral, firmado por Australia, prevé el uso de tecnologías nucleares civiles, pero no militares. Además, los submarinos estadounidenses utilizarán la energía atómica como fuerza propulsora con un uranio altamente enriquecido en isótopos 235 [12]. De hecho, además de los submarinos, esta decisión implicará el suministro de otro tipo de armamentos y hará las delicias de todos los grandes grupos industriales militares estadounidenses como Raytheon, Lockheed Martin y Northroop Grumman. Por lo tanto, el objetivo está claro: los Estados Unidos pretenden hacer de Australia una fuerza militar determinante en la región, que estará estrechamente anclada a los Estados Unidos durante las próximas décadas. 

Lógicamente, esta situación aumentará la militarización de esta gran parte del mundo que comprende casi dos tercios de la humanidad. Por lo tanto, debemos esperar tensiones, un estado de conflictividad permanente, la multiplicación de provocaciones con sus riesgos inherentes de derrapes. 

Sin embargo, esto es lo que ya estamos presenciando y en varias ocasiones desde hace algunos años. En los últimos meses, nos hemos acercado a incidentes graves con la US Navy, ¡e incluso con la marina francesa en el Estrecho de Taiwán! Según el Atlantic Council, que acoge con satisfacción este acuerdo AUKUS, estas nuevas capacidades militares permitirían destruir entre el 70 y el 80% de la flota militar china en tres días [13]. 

Frente al creciente poder de China y su influencia en muchos campos, ya sea en el frente económico y monetario, la explotación de recursos naturales como las “tierras raras” o la investigación atómica aplicada a las energías limpias, Estados Unidos está luchando por encontrar la solución que les permita mantener una supremacía que ya es vacilante. ¡Por lo tanto tienen que aumentar la presión! En estas condiciones, el AUKUS indica claramente un deseo de acelerar el fortalecimiento del liderazgo de Estados Unidos a nivel mundial frente al cual los vasallos son y serán invitados a unirse imperativamente para reposicionar geopolíticamente sus prioridades, y ello sin discusión posible. Como en otras épocas y con respecto a otros temas, en la cuestión china será necesario “estar con nosotros o contra nosotros”. 

Reagrupamiento y reconciliación

También será el caso para Francia, cuyas gesticulaciones al estilo del Capitán Matamoros [14] ya no impresionan a nadie. Hay que esperarse a que le den mucha importancia a la reconciliación entre Joe Biden y Emmanuel Macron. Por lo tanto, no se puede excluir que Francia sea parte interesada en este nuevo dispositivo. Es cierto que su presencia militar en la región del Indo-Pacífico es significativa en varios territorios del Pacífico, incluso lejos de los lugares del posible teatro de operaciones y también en África donde se enfrenta a las ambiciones de los Estados Unidos. Dicho esto, si ello cambia la forma de la controversia, ¡el fondo permanece! De hecho, Francia se ha debilitado internacionalmente a causa de sus abandonos de soberanía, de su falta de independencia, de su alineamiento con Alemania, de su elección de hacer progresar la integración europea con una defensa y una política extranjera comunes. Es cierto que participó en el apoyo de las recientes maniobras de Quad, pero los dos o tres barcos franceses comparados con la enorme concentración de la 7a Flota de Estados Unidos a la que India, Japón y Australia se habían sumado con la complacencia y la complicidad de Bangladesh y Sri Lanka [15], muestra claramente que las gesticulaciones de Le Drian no cambiarán mucho el asunto. 

Francia tendrá que unirse como el resto. Además, es difícil imaginar cómo con la sumisión pasiva que caracteriza a sus sucesivos gobiernos, podría hacer lo contrario. “Su joven presidente debería procurar ser más maduro y menos impulsivo”, acaba de recordarle Amir Khan Muttaqi, el nuevo ministro de relaciones exteriores afgano [16]. 

Sin demora, y como era de esperar, la solidaridad europea se manifestó de inmediato con respecto al anuncio hecho por Washington, Londres y Canberra. Josep Borrell, alto representante de Bruselas para asuntos exteriores y seguridad, aunque deploraba la rescisión del contrato con Francia, anunció sin demora una reevaluación de la presencia europea en los océanos Índico y el Pacífico. Frente a lo que él describe como una China más agresiva, quiso involucrarse más en la relación con Taiwán, mientras reclamaba la libertad de movimiento y la apertura de rutas marítimas exactamente igual que Estados Unidos. Esto debería hacerse mediante una mayor presencia de naves militares de países de la UE o colocando a europeos como ayudantes a bordo de los buques australianos. 

Para Bruselas, es cierto que, con 12.000 millones de euros de inversión anual, esta región es el segundo mercado de exportación más importante de la Unión Europea. Por consiguiente, el futuro de esta estrategia anglosajona del Indo-Pacífico se ha convertido ahora en una prioridad para la Europa geopolítica. Entonces, de este lado, ¡nada nuevo bajo el sol! 

Para no quedarse atrás, Japón, ya miembro del Quad [17], adoptó al mismo tiempo una declaración muy agresiva con respecto a China. Si pudiera confirmarse la simultaneidad del AUKUS con la participación de Japón en esta agresiva estrategia estadounidense, ello se verificaría a través de la reciente decisión tomada por Tokio de trazar una línea roja alrededor de los grupos de islas Senkaku (a menos de 330 km de la China continental) y a 170 km de su provincia de Taiwán (pero a más de 1808 km de Tokio). Al reclamarlos unilateralmente como territorios japoneses, el ministro de Defensa Yashuide Nakayama insistió en que serían defendidos como tales, en caso de agresión por parte de China, y agregó con respecto a Taiwán que será necesario proteger este “país democrático” [18]. 

En este caso, estamos asistiendo una vez más y sin mucha protesta, salvo desde China, al cuestionamiento de la resolución de las Naciones Unidas de 1971 sobre los derechos legítimos de China contra la que habían votado Estados Unidos y Australia [19]. A pesar de ello, recordamos que la política “One China policy” fue posteriormente adoptada por los Estados Unidos e inaugurada en 1972 por Richard Nixon y Henry Kissinger. Este último admitía una "ambigüedad constructiva", según la formulación atribuida a Kissinger en el comunicado conjunto de Shanghai celebrado entre los Estados Unidos y la República Popular China en febrero de 1972 [20]. En ese momento, para Washington, los pueblos de ambos lados del Estrecho eran un solo país y Taiwán eran parte de China, pero sin reconocer la soberanía de Beijing sobre él, por lo tanto, sin especificar qué parte tenía que asumir la autoridad de un solo Estado. 

En cuanto a la India, los acontecimientos recientes en Afganistán han supuesto para ella un golpe terrible. Han debilitado sus pretensiones de desempeñar un papel como potencia regional en el subcontinente indio. Han cambiado el equilibrio de poder en su contra frente a Pakistán y, especialmente, frente a China. Además, Modi tiene dificultades políticas, pero sigue en el poder y con medios que no deben descuidarse. Las grandes empresas indias quieren verle gestionar mejor sus contradicciones y la proximidad geográfica, económica y comercial de India con China, que, a pesar de todo, están en clara progresión, pero por debajo de las posibilidades. En 2019, el comercio entre los dos países alcanzó el billón de dólares. En el mismo período, más de mil empresas chinas incrementaron sus inversiones a un monto de 8 mil millones de dólares, lo que permitió la creación de 200.000 puestos de trabajo en India. Como prueba de su deseo de que las relaciones entre los dos gigantes se fortalezcan, China, en abril de 2021, entregó a India más de 5.000 ventiladores para respiración artificial, 21 569 generadores de oxígeno, más de 21 millones de mascarillas y casi 4000 toneladas de medicamentos para combatir la epidemia de Covid 19. Una gran cantidad, e incluso mucho más que los Estados Unidos. China tiene la intención de continuar con sus esfuerzos. En India, mientras se opta por permanecer en la órbita de Washington, puede haber desarrollos que podrían resultar con un retroceso del papel de India dentro del Quad. Tanto más cuanto que Estados Unidos sigue negándose a discutir con ella las tecnologías de propulsión atómica para sus submarinos y portaaviones. Finalmente, no se puede subestimar el fuerte consenso anti-chino que permanece en gran parte de la clase política india y en particular en los medios de comunicación. 

La posición decisiva de los estados de la ASEAN 

¿Cómo reaccionarán los países de la región ante el anuncio del AUKUS? Ello será decisivo, estratégico y constituirá una prueba. No olvidemos la importancia del histórico acuerdo de libre comercio (RCEP) de 15 países de la región Asia-Pacífico en noviembre de 2020, incluida China, que fue una victoria política indiscutible para Beijing y un fracaso para Washington. 

Estos Estados ya se están expresando con enormes reservas sobre este acuerdo. Es particularmente el caso de Malasia e Indonesia, el país más grande de la región y que también preside la ASEAN. Así, este último acaba de cancelar la visita oficial de Scott Morrison a Yakarta. Además, los tiempos han cambiado y la recepción a Kamala Harris en la estratégica Singapur, esta ciudad-estado considerada como un referente por varios países de la región, no fue particularmente alentadora para Washington. Varios observadores confirman que “el enfoque de Estados Unidos hacia el sudeste asiático ha sido cada vez más criticado en los últimos años. El principal fundamento de estas críticas partía de una observación: los Estados Unidos parecían considerar que el único interés del sudeste asiático era estar cerca de China. Estas críticas también apuntaban a la falta de una estrategia integral para el sudeste asiático por parte de Washington con sólo acciones dispersas y políticas inconsistentes” [21]. Por el momento, sólo Filipinas está mostrando complacencia. Sin duda tiene que ver con ello el acuerdo con Washington sobre el "defense pact" que autoriza a los Estados Unidos a intervenir si la soberanía marítima de Manila fuera amenazada, como en el caso de los islotes cuya soberanía está en disputa.

No se puede subestimar que, históricamente, los asiáticos están muy celosos de la “centralidad de la ASEAN”, de su “asiaticidad” y de los valores que les son específicos. Estos principios, a través del mecanismo de la ASEAN, fomentan el diálogo y la cooperación, la inclusividad, el respeto a la soberanía, la igualdad frente a cualquier idea de rivalidad. De hecho, hay una conciencia asiática que considera fundamental el diálogo y la negociación. Los estados del sur de Asia siempre han mostrado su hostilidad hacia el conflicto entre los Estados Unidos y China. Están especialmente interesados ​​en la desmilitarización de la región, en los principios de no agresión y de no intervención de ninguna cualquier extranjera, como afirmaba el espíritu de la conferencia de Bandung. 

Además, los países de la región siempre han sido hostiles a cualquier pacto de defensa liderado por los Estados Unidos o cualquier otro país. En su momento, esto fue además el origen del fracaso en la implementación de la CENTO y la CEATO. Por lo tanto, los asiáticos vigilan escrupulosamente la idea de mantener el sudeste asiático como "una zona de paz, libertad y neutralidad", libre de toda interferencia de una potencia externa. En estas condiciones, ¿cómo no compartir su preocupación por Australia, que pretende hacer prevalecer su apego a esta dirección norteamericana, apoyada además por la antigua potencia colonial? A sus ojos y una vez más, el comportamiento de Australia permanece cercano a los occidentales. Por eso es vista en Asia como el "ayudante de shériff” de los Estados Unidos. Tras las declaraciones de varios países de la región, preocupados e incluso hostiles a esta triple alianza, no se puede descartar que iniciativas políticas de Malasia e Indonesia contribuyan a decisiones colectivas a fin de fortalecer las acciones de desnuclearización de la región y una mayor cooperación económica, contribuyendo a una integración que desplazaría a Australia. Así, tampoco se puede descartar que China sea admitida el próximo año en el nuevo Comprehensive and Progressive Agreement for Transpacific Partnership (CPTPP) que Trump había abandonado imprudentemente; Beijing ha solicitado ser miembro en 2021. Malasia ya apoya y promueve esta solicitud, mientras que Australia se opone. 

A menos que pequemos por ignorancia, debemos tener en cuenta la importancia de las relaciones de estos diferentes países con China. Son una constante fuerte e ineludible para quienes quieren comprender la realidad del verdadero equilibrio de poder en Asia. China nunca ha atacado a ninguno de ellos más que otros, al contrario, es un actor y coopera activamente en el desarrollo de la infraestructura de varios estados de la región, y ello sin condicionalidades políticas. Por no hablar de que en muchos de estos países, las poblaciones tienen un origen no muy lejano de China, a la que siguen vinculadas de distintas maneras económicas, lingüísticas y culturales. En última instancia y en la región asiática, la ceguera anti-china de los Estados Unidos podría muy bien revelarse como la causa de una victoria pírrica o más prosaicamente por la historia del regador regado. 

AUKUS y Quad o de California al Kilimanjaro 

Por consiguiente, el AUKUS no implica un borrado del Quad, sino un complemento y una adaptación del mismo. Además, la cumbre del Quad se reunirá el 24 de septiembre en Washington en presencia de los jefes de estado y de gobierno de la Alianza. Para esta última, hay que recordarlo, el principio en el que se basa es el del “Free and Open Indo-Pacific” que es un concepto que excluye a China y Asia, al ampliar el área de intervención “de California a Kilimanjaro” y no ya de “Holywood a Bollywood”, según la fórmula de Matt Pottinger [22]. En otras palabras, una visión que es la inversa de la concepción de la ASEAN a favor de una “Asia inclusiva”, que significa claramente que debe incorporar a China. 

Con el AUKUS, los problemas marítimos en el Mar de China Meridional se van a radicalizar y serán decisivos para la paz mundial. 

Por eso es importante recordar que los Estados Unidos, si bien han firmado sin ratificar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar [23], se niegan a tenerla en cuenta para otras naciones, especialmente en lo que respecta a las ZEE (zonas económicas exclusivas) que reconocen las prerrogativas y jurisdicciones nacionales de los estados costeros dentro de 200 millas náuticas. Para los occidentales, se trata de acreditar con la ayuda de los medios de comunicación la idea de que China sería hostil a la circulación de barcos comerciales. Los Estados Unidos invocan una supuesta regla de “Freedom of Navigation” (FON) para impugnar las jurisdicciones nacionales e internacionales que prevén autorizaciones previas para la navegación militar o actividades técnicas en sus zonas marítimas, las cuales podrían poner en peligro su seguridad. Los estados de la región reconocen estos principios excepto, por supuesto, los Estados Unidos y sus aliados [24]. 

Sin embargo, se sabe que existen varios conflictos por la soberanía de islas e islotes entre varios países de la región, tanto entre ellos como algunos con China. Existen controversias como las de las islas Paracels y Spratleys, de hecho en lo que les concierne China y Taiwán reconocen la soberanía de China sobre sus territorios. Sin embargo, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar prevé arreglos bilaterales y pacíficos de estos conflictos como lo requiere el derecho internacional a través de la Carta de las Naciones Unidas y esto es lo que existe en los hechos. Este no es el caso de los Estados Unidos, que deliberadamente echan leña al fuego, mantienen las tensiones, multiplican las provocaciones e instrumentalizan a ciertos gobiernos. De hecho, los Estados Unidos reclaman derechos policiales sin restricciones sobre los mares del sur de China y violan deliberadamente el consenso de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.

Con el AUKUS, la hoja de ruta es estadounidense, es unilateral y debe imponerse a todos sus aliados. Se trata, pues, de una cuestión de independencia, responsabilidad y dignidad que se plantea para cada uno de ellos, así como de defensa del multilateralismo y la igualdad en las relaciones internacionales para todos. Desde hace mucho tiempo, los Estados Unidos se arrogan derechos en su propio nombre y consideran que el sistema de las Naciones Unidas está completamente obsoleto. Ellos han buscado desacreditarlo permanente, se han apartado de él, han condenado a algunas de las agencias de la ONU que a veces han abandonado y han instrumentalizado otras, por no mencionar la enorme deuda de los Estados Unidos con la ONU. 

Mal pagador, mal durmiente. Que el anuncio del establecimiento de AUKUS se produzca en el momento de la apertura de la sesión anual de las Naciones Unidas, dice mucho sobre la concepción que los Estados Unidos tienen del respeto por el derecho internacional. Ciertamente, esto no es nuevo: las mentiras, el cinismo y el doble discurso de los que hemos tenido una nueva muestra con la intervención de Joe Biden en la Asamblea General [25], ponen en evidencia el peligro que este país representa para la paz y la cooperación internacional. Esto recuerda tiempos no tan antiguos en los que la fuerza y ​​la barbarie eran los únicos medios de concebir las relaciones entre los Estados. 

AUKUS e histeria anti-china, ¿qué dice Mahathir al respecto? 

De hecho, la histeria anti-china de la que Estados Unidos y los principales medios de comunicación son promotores diarios, participa en el clima que legitima al AUKUS y sus creadores. Sólo hay que leer el fantasioso informe del "Instituto de investigación estratégica de la escuela militar" (IRSEM) [26] para comprobarlo o incluso las montañas de calumnias vertidas sobre el escritor y periodista Maxime Vivas, administrador de la web Le Grand Soir [27]. 

Este clima nauseabundo nos recuerda las manifestaciones hipócritas y las declaraciones de los charlatanes políticos, de derechas como de izquierdas, buscando votantes desesperadamente, que fingen indignarse viendo a Francia ridiculizada internacionalmente, pero que se niegan a sacar las consecuencias y a asumir sus responsabilidades, ya se trate de la OTAN, de la Unión Europea y en particular de esta violencia irracional contra China. Lo más grave, sin duda, es que esta arrogancia occidental, este eurocentrismo de pacotilla y estos debates franco-franceses, tan ignorantes como pueriles, no plantean nunca la cuestión desde el punto de vista del fondo, es decir, de las verdaderas causas de esta aceleración de las tensiones con China y menos aún de las consecuencias en cuanto al futuro de la humanidad, los intereses de los pueblos en general y los de Asia en particular. 

Con la sabiduría que lo caracteriza, el Dr. Mahathir, unánimemente respetado en Asia y citado a menudo como referente en los debates internacionales, ha comentado en los últimos días la trascendencia de estos hechos. En declaraciones a los medios australianos que lo solicitaron, lo que dijo el ex primer ministro de Malasia fue: 

“El AUKUS considera a China como un enemigo hasta el punto de elegir la guerra. ¿Imagináis lo que podría significar una guerra para el sudeste asiático? Y lo que ocurre es que usted tiene la opción de la escalada introduciendo en la región capacidades que no son simples ojivas, sino ojivas nucleares. Por lo tanto, usted elige la escalada por amenaza. ¿Cómo puede usted imaginar un solo momento que quedará sin respuesta desde China?" 

“Hasta ahora, China ha permitido navegar a los barcos que atraviesan zonas marítimas en disputa. Eso podría cambiar, especialmente porque reclama su soberanía en los mares del sur de China, pero hasta la fecha no ha detenido ningún barco. Se limitaron a hacer declaraciones, no abordaron ni bloquearon la navegación, incluida la de los buques de guerra. Si usted introduce armas en la región, equipos de este rango, solo podemos esperar reacciones.” 

“A los países de la ASEAN nos gusta resolver nuestros problemas entre nosotros mediante la negociación. Malasia es un país pequeño y somos conscientes de ello."

"Damos importancia a la cooperación con China, porque representa un gran mercado para nosotros y ellos nos valoran por las materias primas que les vendemos. Somos vecinos y no sería nuestro interés confrontar con ellos. Australia y Estados Unidos buscan forzar la mano de los países de la ASEAN obligándolos a tomar una posición a su favor y con el objetivo de confrontar con China de manera hostil. No podemos hacer tal cosa. Los Estados Unidos pueden contribuir mucho en el sudeste asiático, ¡pero también China! " 

En realidad, para el Dr. Mahathir el concepto del equilibrio de poder de un grupo de países contra otro es conservadurismo y una manera antigua de concebir las relaciones internacionales. Según él, el AUKUS demuestra una vez más que los países occidentales aún no han comprendido aun lo que significa la emergencia de Asia. “Antes, no teníamos las capacidades de Europa y de Estados Unidos, pero ahora Corea, Japón y China tienen las mismas capacidades. ¿Quiere usted lanzar cohetes al espacio y más allá? Adelante, hágalo, compita con otros si quiere, no nos molesta, pero no venga a molestar nuestro mercado en Asia.” [28] 

¡Todo cambia, todo evoluciona! 

En Asia, con Buda tenemos la costumbre de decir que nada es permanente, todo es transitorio, todo cambia y evoluciona. 

¡En realidad, estos acontecimientos asociados al AUKUS constituyen una fotografía del estado del mundo en el momento T! El declive norteamericano es una realidad, la emergencia irresistible de China es un hecho. La crisis sistémica que está golpeando a los Estados Unidos y que ha llevado a una polarización así como una violencia extrema y una fragilización de toda la sociedad estadounidense se verifica igualmente en los miembros del G7. Sus gobiernos buscan desviar la atención culpando a China, que practicaría una competencia desleal y sería el origen de su regresión económica, social, científica y cultural, cuando en realidad se trata de la naturaleza criminal y totalitaria de un sistema aún dominante. Por ejemplo, la Unión Europea, lejos de afirmarse, se desvanece paulatinamente y su vasallaje se acentúa con respecto al soberano, haciendo muy irrisorio su pretendida voluntad de emancipación. En cuanto a la OTAN y al ejército estadounidense, sus desilusiones militares después de 20 años de guerra frente a un pueblo de nómadas y pastores tienen algo de irónico, si no fuera por los sufrimientos que impusieron a todo un pueblo. 

La explosión de las desigualdades que favorece la insolencia de los más ricos y de las oligarquías hace planear riesgos de explosión social que inevitablemente desembocarán en nuevas contradicciones que tendrán su traducción política. Como ya hemos visto, serán inesperados, pero muy reales. La mayoría de los países en desarrollo se encuentran en una gran diversidad en busca de alternativas y están recurriendo cada vez más a respuestas a la cabeza de las cuales encontramos varios países que afirman su antiimperialismo y demuestran que las soluciones existen. Algunos están optando por una orientación socialista con partidos comunistas a la cabeza, como es el caso de China. De hecho, 30 años después de proclamar “el fin de la historia”, el mundo está cambiando rápidamente y los Estados Unidos ven su liderazgo abiertamente impugnado, y a veces esto se nota más aún, como acabamos de ver en Afganistán. La credibilidad de la "nación indispensable" se ve afectada de forma duradera, incluso delante de sus aliados. ¿Cómo no tener esto en cuenta en el análisis del estado del mundo? 

Si estamos presenciando algo más que el comienzo de un cambio en el equilibrio de poder mundial, no hace falta decir que éste conducirá mecánicamente a trastornos definitivos. En las relaciones internacionales, si bien es cierto que hay aceleraciones y, a veces, rupturas, los cambios duraderos requieren mucho tiempo para apreciar su pleno significado y sus consecuencias geopolíticas. Es un hecho que el ascenso de China, las alianzas antihegemónicas que se están gestando en Eurasia, las reacciones de muchos países de la ASEAN que se distancian del anuncio de esta triple alianza y sus inevitables consecuencias, son trascendentales y subrayan el evidente fracaso de las fuerzas del conservadurismo. 

¿Cómo evolucionará esta situación? Está claro que no estamos, como algunos afirman, en una nueva guerra fría, sino en los preparativos para una guerra a secas. Si bien el resultado permanece incierto, las tendencias que surgen hablan por sí mismas. Esta situación es lo suficientemente grave como para preocuparnos por ella, dando sentido y contenido a un gran movimiento por la paz y la cooperación internacional, por lo tanto a favor de la promoción del multilateralismo y de un internacionalismo de nuestro tiempo. 

Por mi parte, creo que debemos ser prudentes antes de sacar conclusiones apresuradas o definitivas. A pesar de que entre riesgos y oportunidades, la situación es más abierta de lo que parece. Pero una cosa está segura, después de lo que se considera un fracaso geopolítico en Afganistán y Eurasia, este acuerdo AUKUS muestra claramente la voluntad de los Estados Unidos de pasar a una nueva etapa en su estrategia ofensiva hacia China. En mi opinión, esto es lo que conviene recordar sobre todo de estos acuerdos en forma de triple alianza. ¡Será interesante ver cómo China, Rusia e Irán tienen esto en cuenta! Todo indica que ante la agitación y el febrilismo estadounidense, seguirán con determinación y creatividad los rumbos que se han marcado y cuyos resultados son indiscutibles. 

Como dijo Sun Tzu [29] : “Conócete a ti mismo, conoce a tu adversario, y cien batallas no te pondrán en peligro. Si no conoces a tu oponente y te conoces a ti mismo, por cada victoria, una derrota. Si no conoces a tu oponente ni a ti mismo, en cada batalla serás derrotado. " 

Fuente: Le Grand Soir 

Notas: 

[1] Los "five eyes" o los cinco ojos constituyeron a partir de 1941 la alianza de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Canadá, Nueva Zelanda. 

[2] La batalla naval de Chesapeake tuvo lugar en 1781 en las fronteras de Maryland y Virginia y precedió decisivamente a la independencia de los Estados Unidos.

[3] "This isn't over..." Express, 03.09.21.

[4] US Innovation & Competition Act, que incluye el "Strategic Competition Act", adoptado por el Senado de los Estados Unidos el 8 de junio de 2021.

[5] Comentarios del presidente Obama al Parlamento australiano, White House Press Release, 17 de noviembre de 2011.

[6] Robert Kagan: líder de los neoconservadores republicanos en Washington, autor del “Project for a New American Century", miembro del Council on Foreign Relations. Su esposa es Victoria Nuland, subsecretaria de Estado e iniciadora del golpe de Estado del Maidán en Ucrania. 

[7] "La politique étrangère des États-Unis peut-elle casser des briques?", capítulos 1 y 2, Jean-Pierre Page y Bruno Drweski, Le Grand Soir, abril de 2021. 

[8] "The longer telegram and sleepy Joe in Wonderland", Jean-Pierre Page, The new cold war, 30.04.21

[9] "Kamala Harris donne una conférence de presse sur sa visite au Vietnam", VOV world5, 26.08.21

[10] Remarks at Press Availability, Hillary Rodham Clinton, US Secretary of State, National Convention Center, Hanoi, Vietnam, 23 de julio de 2010.

[11] Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de 1 de julio de 1968.

[12] AUKUS Can Complement Quad But Its Timing Dilutes First In-Person Summit on September 24, por Kanwal Sibal, News18, 21 de septiembre de 2021.

[13] "The US, UK and Australia struck a nuclear submarine deal..." The new atlanticist, Atlantic Council, 17.09.21

[14] Matamoros, personaje del militar fanfarrón y cobarde de la Commedia dell 'Arte.

[15] The US boosts military ties with Sri Lanka, por Vijith Samarasinghe, World Socialist Website, 17 de enero de 2019.

[16] “Le ministre de affaires étrangères afghan, appelle le jeune Macron..." RT, 17.09.21

[17] Alianza Política y Militar de Estados Unidos, India, Japón, Australia.

[18] "Le ministre japonais de la défense parle dur contre la Chine", L'entrepreneur, 23.09.21

[19] Resolución 2758 (XXVI) “Restauración de los legítimos derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas”, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de octubre de 1971.

[20] En febrero de 1972, Richard Nixon y Henry Kissinger realizaron una visita oficial a China y se reunieron con el Presidente Mao Zedong.

[21] Ver referencia 8.

[22] Raisina Dialogue: 'Indo-Pacific' a global common, says foreign secy. Vijay Gokhale, Times of India, 17 de enero de 2020.

[23] UNCLOS: United Nations Convention on the Law of the Sea, la convención internacional que rige el derecho del mar. 

[24] “Nouvelle guerre froide ou guerre impensable?", Tamara Kunanayakam, en “La Chine sans oeillères", Ediciones Delga, 2021. 

[25] "Biden dit à l'ONU que l'Amérique est prête pour une diplomatie implacable", france24, 21.09.21 

[26] "Un rapport français dévoile le gigantisme des réseaux d'influence chinois dans le monde", France Info, 20.09.21 

[27] “Ouighours, pour en finir avec les fake news", Maxime Vivas, La route de la soie, 2020.

[28] "You have escalated the threat : Mahathir blasts Australia on subs", Financial Review, 21 de septiembre de 2021.

[29] Sun Tzu: general y estratega chino del siglo VI antes de Cristo, Autor de "El arte de la guerra". 

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