Controversia: ¿es herético hablar de democracia china?

En el contexto del vendaval que derrocó al bloque soviético, se intentó forjar un consenso sobre la democracia liberal. Tan precipitado como ilusorio, este entendimiento ha empañado la comprensión de las experiencias de desarrollo económico e institucional, más allá de las tradiciones y trayectorias de Occidente. El caso de China, en este sentido, es emblemático: es una civilización milenaria en franco proceso de transformación que no puede ser subestimada. Resumir la historia china en caricaturas afecta menos al país oriental que nuestro lugar en la "rueda de la historia".

Mientras que los países occidentales enfrentan crecientes dificultades, China ha mostrado un éxito socioeconómico sorprendente e inequívoco. Es imposible que tal desempeño sea el resultado de un régimen rígido, disfuncional e ilegítimo. Si las instituciones importan, es incuestionable que las reformas políticas han sido fundamentales para explicar esta trayectoria china. De hecho, la mejora de los arreglos institucionales de China se ha producido precisamente porque el régimen -y el Partido Comunista de China(PCCh) - tienen una gran capacidad de adaptación a los cambios y demandas sociales, un mecanismo sofisticado para reclutar a sus élites y, en efecto, haber implementado políticas con significativa legitimidad y adherencia.

En el extenso libro blanco "China: Democracia que funciona" publicado en diciembre de 2021, China describe su comprensión del tema. Deja claro el carácter universal de la democracia para defender su valor histórico, como fenómeno concreto en constante evolución, arraigado en el espacio y el tiempo. Tal y como destaca el documento, el país ha creado procedimientos institucionales bien coordinados e integrales para forjar canales democráticos diversos, abiertos y bien organizados. Ahora, con la enorme población y el vasto territorio de China, es imposible atribuir sus cambios a otra cosa que no sea la gran complejidad de su sistema de gobierno a nivel comunitario.

Se debe dar énfasis a los mecanismos de autogobierno a nivel local, especialmente a nivel de aldea, juntas vecinales y congresos de empleados de empresas e instituciones públicas. La organización, la participación y el control político a nivel comunitario son orgánicos. Por lo tanto, las elecciones populares representan una forma amplia y dinámica de democracia en China. Otro elemento a destacar es la llamada democracia consultiva. Es decir, al tomar e implementar decisiones sobre las principales cuestiones políticas, el país lleva a cabo amplias consultas en todas las esferas sociales y regionales. Así, se movilizan diversos canales a través de propuestas, conferencias, debates, seminarios, audiencias, evaluaciones, consultas, etc. El intenso debate permite que las acciones de gobierno sean implementadas con un mayor grado de efectividad y consenso.

Es ingenuo o malintencionado pensar que la legitimidad y la eficiencia administrativa que han producido los notorios resultados en China son fruto de decisiones arbitrarias. Pensar que el PCCh, al ostentar la hegemonía política del país, puede o quiere ejercer el poder al margen de los grupos sociales y sus demandas es tan simplista como ilusorio. Todo esto solo revela los sesgos occidentales que han empañado la comprensión de China. Mientras tanto, el país oriental "no es gran cosa", afrontando sus retos y contradicciones que no son pequeños.

Por el contrario, las reformas político-institucionales han sido tan profundas como la modernización económica. A partir de la política de Reforma y Apertura liderada por Deng Xiaoping en la década de 1980, se profundizó la descentralización intergubernamental. El surgimiento del poder económico provincial creó la gran posibilidad de formar un sistema de pesos y contrapesos en cuanto a las relaciones entre los poderes central y local. China puede definirse como un federalismo de facto, aunque no está estandarizado en estos términos. Es decir, existe a) un sistema político jerárquico en el que las actividades de gobierno se dividen entre las provincias y el centro, de tal manera que cada tipo de gobierno tiene influencia en la toma de decisiones; b) se institucionaliza la descentralización intergubernamental, al punto que es cada vez más difícil, si no imposible, que el gobierno nacional imponga unilateralmente su discrecionalidad a las provincias y cambie la distribución de autoridad entre los gobiernos; y c) un poder compartido para exigir responsabilidades a las provincias por sus políticas.

De hecho, los gobiernos chino y ruso detallaron su comprensión del tema más allá de la visión exclusivamente occidental. En la Declaración Conjunta de la Federación Rusa y la República Popular China sobre Relaciones Internacionales, de febrero de 2022, se hicieron importantes consideraciones sobre el tema democrático. Ambos países subrayan el carácter universal de la democracia, mientras que "no existe un modelo único", ya que el régimen democrático debe tener en cuenta "su sistema social y político, su historia, tradiciones y características culturales únicas", así como elnivel de desarrollo y situación real de cada país. En otras palabras, se subraya su universalidad para que no exista el monopolio de la retórica occidental para validar el carácter democrático de un país, basado en la ideología y las “alianzas de conveniencia”.

Asimismo, además del rito formal de las elecciones, ambos países destacaron que la democracia implica la participación de los ciudadanos por diversos medios y de diversas maneras en la administración del Estado y la vida pública, de conformidad con la ley. Implica el apoyo popular y la consideración de las necesidades e intereses de los ciudadanos para la producción de bienestar. Igualmente importante, Beijing y Moscú enfatizan que los principios democráticos no pueden implementarse globalmente a través de la fuerza, en clara oposición a la paz, la estabilidad e incluso los valores democráticos mismos. No pocas veces, la defensa de la democracia y los derechos humanos se presta a la "injerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos", sin considerar "la diversidad cultural y de civilizaciones y los derechos de los pueblos de diferentes países a la libre determinación".

En definitiva, la historia y la política internacional han venido experimentando grandes transformaciones. El relativo declive de varios países occidentales y el dinamismo de los países de la periferia, entre los que destaca China, los llamados "tigres asiáticos" y otros, deberían suscitar más cuestionamientos por parte de las élites de los países centrales. En parte, el etnocentrismo está en la raíz del orgullo que, a su vez, aniquila la autocrítica y la capacidad de aprender. Basta una rápida ojeada a la Historia para recordar que las formas de organización social fueron tan diversas como transitorias. Y que el capitalismo y la democracia bajo la égida liberal es solo un respiro de esta historia. El imperio chino, que surgió en el mismo contexto que el romano, debe tener algunos legados para explicar su continuidad civilizatoria. Del mismo modo, el desarrollo exponencial de China también debería provocar curiosidades menos arrogantes en el otro lado, en lugar de juicios y prescripciones justas; de hecho, en perspectiva histórica, la hegemonía de Estados Unidos no es más que un suspiro.

El mundo está en proceso de transformación. Occidente se ha visto reducido a prescribir o imponer modelos sin tener en cuenta las condiciones objetivas de los países de la periferia. Además del hecho de que no funcionan para tales países, la idea ignora el hecho de que en los países occidentales las instituciones se desarrollaron solo después de un claro proceso de industrialización. En este sentido, el exceso de confianza de Estados Unidos y Europa puede traicionar su comprensión de sus sistemas sociopolíticos y del mundo. La certeza de superioridad, especialmente de los modelos político-institucionales, es ciega; peor aún, nos impide ver las contradicciones y, más aún, la fuerza de las innovaciones en otros ámbitos. Detalle: la rueda de la historia no espera…

Fuente: CGTN